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Construyendo Nuestra Ley

Encuentro de Acueductos Comunitarios, Municipio de Angostura, Antioquía.
14 y 15 de septiembre de 2013


Al oriente y occidente el ganado extensivo en las montañas, en el suelo las rocas del rió unidas una a la otra, en las calles el olor a humedad; al fondo las típicas chivas con los bultos de comida de los campesinos que llegaban al pueblo. Ese era el paisaje que nos mostraba el Municipio de Angostura.

Eran las once de la mañana cuando descendíamos del bus, los ocho integrantes del Consejo de Administración de ADACA, acompañados con los representantes de 16  acueductos comunitarios del departamento de Antioquia y siete compañeros de la Corporación Ecológica y Cultural Penca de Sábila. Nos disponíamos a trabajar en el diseño de la ley propia a nivel nacional, para el fortalecimiento de las organizaciones comunitarias de acueductos.



Al llegar a la Casa de la Juventud, los compañeros de la Asociación de Acueductos Veredales de Angostura (ASEVERAN) nos esperaban. Luego, Beatriz Elena Isaza Cataño, presidenta de ADACA inició el encuentro con un saludo, seguida del presidente de ASEVERAN Hernán Albeiro Agudelo y de María Isabel Arenas, trabajadora social de la Corporación Penca de Sábila.

Comenzamos con una actividad cuyo objetivo era reconocer el territorio a partir de su propio conocimiento, en un intercambio de saberes entre los que allí hacían presencia. Para ello cada representante ubicaba en un mapa del departamento de Antioquia su municipio acompañado de varias consignas, que reflejaban el interés y la importancia de organizarnos por defender el agua como bien público. Al llegar la tarde socializamos lo construido en los encuentros regionales y nacionales, esto sirvió de insumo para “tomarnos un café”: fue así como se le denominó al trabajo por mesas, el diálogo y el intercambio de experiencias dieron las primeras propuestas de articulación para el proyecto de ley.

En síntesis lo aprendido y realizado en este encuentro debe replicarse en las comunidades. Se entregó a cada municipio una caja de herramientas en donde cada organización adquirió el compromiso de seguir con los pasos metodológicos que se deben cumplir para la construcción de una ley propia para la gestión comunitaria del agua.
 
Tomándonos un Café: Construyendo nuestra ley 
Caída la noche y con la espera de un merecido descanso, Angostura nos mostraba su atractivo turístico: la Casa Cultural, el Museo del Padre Marianito y la Catedral del pueblo donde se encontraba una imagen en cera del padre más representativo del municipio. La noche era nublada y la música hacía presencia, recorriendo algunos cuerpos desprevenidos; el ritmo llega hasta nosotros y los compañeros deciden compartir un momento más a través del baile y las risas en el afán por  terminar un día más de trabajo gratificante.

Eran las siete de la mañana del día domingo. Todos recibimos el calor del chocolate y una deliciosa  arepa acompañada de huevo pericos  y queso. El bus nos esperaba en el parque central del pueblo, donde, se acordó visitar los acueductos de la vereda Canoas Maldonado, a veinte minutos del casco urbano del municipio.

Al llegar nos encontramos una planta de tratamiento donada por la Alcaldía de Angostura al acueducto Cañaveral;  Alberto López  del municipio de Támesis, al ver la planta manifestó:  “es una planta para piscinas”, su comentario me sorprendió, creí que era broma, pero al escuchar al fontanero Carlos Zapata me di cuenta que esta frase no estaba muy alejada de la realidad: la vereda La Mariana presenta unas condiciones físicas y geográficas, donde la planta de tratamiento es inadecuada, por ello, solo funciona en verano y en invierno deja a 290 familias sin agua potable.

El sol hacia presencia, y el camino para llegar a las bocatomas eran unos potreros cercados. El camino fue fácil, algunas bajadas inclinadas y pocas subidas, la dificultad eran las cercas que separaban un potrero del otro, algunas tenían corriente y a muchos incluyéndome nos daba miedo.

Vereda Canoas Maldonado
Lo más emocionante del recorrido fue el intercambio de conocimiento, pues a medida que caminábamos aprendíamos de las fiebres que provoca el árbol de Manzanilla, de los atributos medicinales del Mazote, y así, poco a poco, llegamos a la planta de tratamiento del acueducto Los Olivos, donada también por la Alcaldía de Angostura, lleva dos años en el sitio, y es sorprendente creer que aun esta nueva, y que las 245 familias beneficiaras del acueducto consuman agua cruda, porque la planta no alcanza a purificar toda el agua que llega.

Al llegar a la quebrada el Cedral 2 nos encontramos con las dos bocatomas de los acueductos Cañaveral y Los Olivos, donde el fontanero nos explicó cómo se capta el agua, sin dejar que pase tierra, ni hojas en los tubos que distribuyen el agua a cada casa de la vereda Canoas Maldonado. Finalmente tomamos un pequeño descanso y nos dirigimos a viajar nuevamente a Medellín.

Texto escrito por Luisa Trujillo, practicante de la Corporación Penca de Sábila




Municipios que hicieron presencia en el encuentro
Planta de Tratamiento del Acueducto Cañaveral
En la bocatoma del acueducto Cañaveral


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